A la hora de hacer una reseña de la historia económica
contemporánea de nuestro país es preciso aclarar que la historia económica del
mismo y la historia política en la primer mitad del SXX está determinada por el
conflicto existente entre las dos burguesías existentes en nuestro país: la burguesía
urbana (identificada antaño con el partido colorado) y la burguesía rural
(identificada con el partido nacional), podemos tomar como punto de partida el
período del Uruguay Batllista que comienza en 1870 cuando la burguesía urbana
logra imponerse a la burguesía rural.
En este primer período de la economía Uruguaya que
también es llamado período de crecimiento ya que el Uruguay experimentó una
tasa de crecimiento constante del 3,3% del PBI por año desde 1900 hasta 1957,
lo cual se explica por el crecimiento hacia fuera del Uruguay agroexportador y
el nacimiento de la industria hasta los 30’ y del 40’ al 57 se explica por el sistema de
sustitución de inversiones en el que el país no importaba nada que se produjera
dentro de nuestro territorio.
En el comienzo de dicho período se marca la transición
desde un régimen semi feudal con contradicciones políticas que enroscaron al
país en una sangrienta y larga guerra civil, hacia el sistema capitalista de
producción. Para esto las políticas de José Batlle y Ordóñez fueron el motor
inicial. Conjunto con el alambramiento de los campos terminaron las últimas
resistencias gauchescas, ya que nadie podía circular libremente por los campos,
lo cual luego de ofuscada la rebelión de Aparicio Saravia los gauchos se vieron
imposibilitados de seguir adelante con su modo de vida y se apaisanaron.
Este fue el comienzo de un Uruguay que tuvo un
temprano desarrollo industrial, las políticas Batllistas de apoyo a la clase
trabajadora beneficiaron a los más desposeídos y a todos los trabajadores con
leyes laborales que los beneficiaban con más y mejores derechos y les
garantizaron más y mejores condiciones laborales. Además se decretaron leyes
que controlaban la renta de las inversiones extranjeras y se obligaba a los
empresarios a reinvertir parte de la ganancia obtenida, en proyectos
productivos.
Esta legislación social y laboral permitió un rápido
crecimiento de la industria y la economía Uruguaya, sobre todo del sector
publico, ya que se crearon empresas del estado como UTE, ANCAP, OSE,
Frigorífico Nacional (FRIGONAL), y más adelante ANTEL entre otras dependencias
del estado.
Hubo cierta estabilidad económica durante toda la era
Batllista ya que la mayoría de la población contaba con buenas condiciones de
vida, y se contaba con una gran adhesión a las normas constitucionales y a las
libertades públicas y privadas por parte de la población.
Todo esto llevó a que en la década de los 50’ se implantara en la jerga
popular el dicho “como el Uruguay no hay”.
Sin embargo a fines de los 60’ (entre 15 y 18 años
después) el 10% de la población había emigrado. El motivo de este cambio
abrupto de un nacionalismo conciente y orgullo nacional al abandono del país en
busca de mejores oportunidades se da en forma de un lento proceso a partir de finales
del 50’ cuando
se firma el primer préstamo de interés condicionado del FMI hacia Uruguay.
El Uruguay agroexportador tubo su auge en la década
del 40’ y
la primera mitad de los 50’
ya que se vendía alimento para las tropas que estaban en las varias guerras que
sufrió el mundo, pero con el fin de la guerra de Corea, como no habían frentes
tan grandes de guerra en el mundo empezaron a disminuir las exportaciones de
productos alimenticios por lo que nuestro país comenzó un proceso de crisis que
lo acompañaría por muchos años.
En 1957 comienza un segundo período de la economía
Uruguaya: el período de estancamiento. Los recortes salariales provocan grandes
huelgas y protestas de trabajadores, aquí es cuando empieza la radicalización
de la represión estatal y aparecen las primeras medidas prontas de seguridad
(suspensión temporal de las garantías individuales a sindicatos o grupos de
personas). Es aquí donde la clase trabajadora comienza a independizarse del
poder político de los partidos tradicionales para conformar una verdadera
fuerza social capaz de transformar la realidad de nuestro país.
Dicho proceso culmina con la formación de la CNT
(Central Nacional de Trabajadores) en 1965 con el congreso del pueblo luego que
la línea herrerista del partido nacional intentara dar un golpe de estado
fallido.
La baja de los salarios causó por lógica que la gente
consuma menos y retire sus ahorros del banco, previendo esto el “banco
transatlántico” propiedad de la familia Peirano Fazio cerro fraudulentamente
quedándose en su poder con todo el dinero de sus ahoristas agudizando así la
crisis.
En tan sólo 20
años Uruguay se había convertido en una plaza financiera donde el capital nacional estaba sometido al
capital financiero y al interés de las empresas multinacionales de crédito.
Desde el comienzo de la crisis en 1955 Uruguay firmó su primera carta intención
del FMI en la que el Fondo Monetario Internacional le dio un préstamo con
intereses condicionados al país, lo que significa que el país debía seguir
estrictamente políticas decretadas por este organismo si quería el préstamo.
La crisis aumentó y también las manifestaciones
populares al punto de que en 1967 se crearon los Tupamaros que fueron la primera de tres guerrillas en
nuestro país (también estaba el OPR33 y la FAU). Al mismo tiempo se crean
organizaciones paramilitares clandestinas como el “escuadrón de la muerte” con
el objetivo de asesinar, torturar y desaparecer ilegalmente a militantes
políticos opositores al gobierno y a sus familiares.
En el corto lapso de transición que va desde 1955 a 1973 se había
eliminado todo rastro del Uruguay Batllista, la dictadura acabó con los últimos
bastiones de institucionalidad democrática dando a un tercer período en la
historia de la economía Uruguaya, el período de contracción.
Las consecuencias de este período de contracción
iniciado en 1973 con el golpe de estado cívico-militar, son muy duras, ya que
en 1984 el PBI del país era 17 veces menor que en 1981, pero curiosamente el
promedio de sueldos en ese mismo período creció un 25% a pesar de que la mayoría
de la gente cobraba mucho menos al aumentar la concentración de la riqueza en
pocas manos había un grupo muy chico de personas que ganaba muchísimo más
dinero causando que el promedio general suba aunque la mediana haya disminuido
un 40% en ese período.
La mediana es un dato económico de mayor relevancia
que el promedio, ya que este último suele ser engañoso debido a que al haber
poca gente que gana muchísimo eso nos eleva el promedio aunque el resto gane
poco, la mediana de salarios consiste en tomar el 50% más pobre de la población
y ver hasta cuanto gana ese 50%.
Otro dato relevante de este período es que en 1973 la
deuda externa Uruguaya era de 717 millones de dólares, pero en 1984 la deuda
era de 4664 millones de dólares, con lo cual se destinaba el 8,6% del PBI y el
48% de las exportaciones para el pago de la deuda. Además el déficit fiscal estuvo
en su punto record (8,6%) y la cifra de desempleo era del 15% aprox. Entre 1982
y 1984 hubo una caída del ingreso real y de las pasividades (jubilaciones y
pensiones) del 30% y hubo un creciente protagonismo del sector financiero en la
economía.
Los altísimos costos del pago de la deuda externa
tenían al país atado de pies y manos por lo que a la década comprendida entre
1980 y 1990 se le llamó la década perdida, ya que todo fruto de crecimiento
económico fue a parar al pago de la deuda externa.
Con este problema comienza el cuarto período de la
economía Uruguaya que arranca en 1985
con el reestablecimiento de la democracia.
En este primer gobierno democrático posdictatorial no
hubieron cambios sustanciales en la economía pero se abrieron los consejos de
salario, se invirtió en lanas, forestación y hotelería a la vez que se
controlaron las variables económicas y se combatió la inflación.
En estos primeros 5 años de democracia si bien creció
el sector servicios, la forestación, el arroz y los lácteos, hubo una
contracción de la industria manufacturera, de la pesca, el agro, la
construcción, textil, metalurgia, y en la fabricación de calzados.
Entre 1985 y el 2000 el Uruguay experimentó un
crecimiento económico que se dio sobre todo por condiciones externas
favorables. Desde 1990 en adelante Uruguay vivió un proceso de liberalización
de la economía y una gran transformación de esta.
Se liberalizó el comercio exterior de forma progresiva
(primero regional con el MERCOSUR y luego internacional) y empezó a crecer
desmedidamente el sector terciario de la economía conjunto con el deterioro de
los otros dos sectores causando primero un gran crecimiento de los ingresos por
las exportaciones de servicios, pero la oferta de estos creció más que la
demanda provocando la crisis de finales de los 90’.
La economía Uruguaya se hizo dependiente de la
exportación en hipotéticas condiciones favorables que en 1999 se volvieron adversas
ya que los precios de los productos agropecuarios bajaron y Argentina y Brasil
entraron en recesión, lo que llevó también al Uruguay a la recesión.
En los 90’
había un bajo coeficiente de inversión nacional (19%) que contrastaba con el
alto índice de inversión extranjera directa (IED). Esto se dio sobre todo en
los sectores del agro, agroindustrial, industrial, energía, turístico, comercio
minorista y servicios financieros, o sea, dedicado casi en su totalidad al
sector terciario y en segundo lugar al sector primario, lo poco que se invirtió
en el sector secundario fue en productos muy básicos para consumo interno, este
sector sufrió gran contracción.
Hasta 1998 aumentó la exportación de bienes y
servicios pero esto solo se dio en los productos llamados “nuevos y dinámicos”.
Hubo crecimiento en el sector terciario y en la oferta de productos y productos
de exportación fue mayor que la demanda, lo cual devino en la crisis de finales
de los 90’.
Se formó el MERCOSUR y se liberalizó la economía con
lo que los ciclos de la economía Uruguaya quedaron atados a los de los países
vecinos. Hubo una gran contracción en el sector secundario (industria) en todos
los productos vinculados al proteccionismo interno que tras la apertura externa
no pudieron competir con los precios de los productos extranjeros, también hubo
contracción en el sector primario acompañado de la expansión del sector
terciario. Esta relación también se ve en las exportaciones y en el empleo
urbano, el cual recibe una reducción del empleo público.
La inflación descendió al 10% y se dolarizó la
economía lo que trajo una disminución de la competitividad de nuestros
productos y la devaluación del peso Uruguayo. También se redujo la carga
tributaria al agro y la industria afectados por la liberalización.
A partir de 1998 se vio un incremento del desempleo
(casi15%) que en 1999 se vio amortiguado por una fuerte emigración llegando a
crearse un desempleo estructural, esto va de la mano de un aumento del salario
real casi nulo (2%).
Durante toda la década de los 90’ no se modifica la
concentración de la riqueza pero a partir del 98’ esta crece aceleradamente.
El porcentaje de hogares pobres disminuyo desde 1985
hasta 1994, luego aumentó y a partir de 1998 se aceleró, el déficit fiscal se
redujo hasta el 98, luego se despegó, los gastos del gobierno central
aumentaron toda la década, pero en el 98’ aumentaron desmesuradamente.
En la década de los 90’ se le dio más poder a los
bancos, pero el funcionamiento de mercados financieros fue insatisfactorio.
Entre 1998 y el 2000 aumentó la marginalidad, la segregación y segmentación social, la infantilización de
la pobreza, aumentó aceleradamente la emigración, el estado dejó de intervenir
en materia salarial lo que lleva a una progresiva concentración de ingresos, se
crea una brecha fiscal (más impuestos para todos) y el poder financiero está en
su mayoría en manos de extranjeros que no residen en nuestro país.
El año 2000 abre un nuevo período de la economía de
nuestro país, en dicho año asume la presidencia Jorge Batlle quien a traves de
la liberalización total de la economía busca reimplantar el modelo de país como
plaza financiera que existía previo a la dictadura.
El estado deja de intervenir totalmente en la
economía, se le da exoneración
impositiva al capital fiscal pero se recarga de impuestos a las clases
trabajadoras, lo cual aumenta las tensiones y los conflictos sociales, cada vez
hay más descontento popular y aumenta la concentración de la riqueza.
Con la crisis la gente ya no deposita dinero en los
bancos y trata de retirar sus ahorros, previendo esto el “banco comercial”
propiedad de la familia Peirano Bacio cierra sus puertas realizando una gigantesca
estafa financiera en la que se quedan con el dinero de todos sus ahorristas
entre los que se encuentran muchos empresarios que deben cerrar sus fabricas.
La crisis alcanza su punto más agudo entre el 2002 y
2003. Muchos polos industriales quedan vacíos porque cierran todas sus fábricas
creando los llamados “cementerios de fábricas”, a raíz de esto los asentamientos
precarios crecen a pasos agigantados al igual que la indigencia y la
emigración. Se dan casos masivos de desnutrición infantil en Artigas, Rivera y
algunas zonas de Montevideo, el desempleo alcanzó el 19% y los salarios se
redujeron un 60%. Todos los sectores de la economía se vieron brutalmente
afectados, y siguió aumentando la concentración de la riqueza. El país se
encontró al borde de declararse en default y la delincuencia alcanza niveles de
vandalismo nunca antes vistos en la historia. Durante los años 2002 y 2003 cada 15 días en Uruguay moría un niño de hambre o de enfermedades derivadas de la falta de alimento.
En el 2004 debido a que el estado comenzó a intervenir
en la economía esta dejó de contraerse y se estancó.
Finalmente en el 2005 comienza el período de la
economía Uruguaya en el que nos encontramos actualmente.
En 2005 hubo un cambio político de relevancia histórica,
ya que la izquierda llega por primera vez al gobierno y el presiden te electo
es Tabaré Vásquez quien comienza un plan de desarrollo productivo y de mayor
control de la economía, se reabren los consejos de salarios, se unifica el
salario mínimo rural y el urbano ($800 por mes y $1200 por mes respectivamente)
y se duplican, pasa a haber un salario mínimo nacional de $2400 que al 2010
llegó a ser $4900. Se estimularon las inversiones priorizando las de capital
nacional y las de proyectos productivos (sector secundario) hay una
recuperación de la crisis durante los 3 primeros años en los que la economía
creció un 5,5% del PBI por año y que en 2008 tuvo un boom por condiciones de
mercado favorables llegó a 13%y en 2009 fue de un 4% pese a la crisis mundial
el PBI Uruguayo continuó creciendo y las exportaciones aumentaron pero estas
han sido a costa de la exportación de comodites (un producto de rápida
colocación en el mercado internacional que no se consume a nivel interno) tales
como la soja o la forestación que tuvieron un incremento considerable de la
mano con un gran deterioro ambiental que fue de la mano con las mejoras en la
calidad de vida de los Uruguayos. Se realizan políticas sociales para combatir
la pobreza y la indigencia.
Durante el gobierno de José Mujica se aumentaron las
políticas sociales, la inversión en educación (sobre todo en UTU) y los
derechos de las minorías étnicas y sociales a la vez que se realizó una entrega
de tierras sin igual, el INC (Instituto nacional de colonización) realizó
durante los 5 años del gobierno de Mujica el 50% de las entregas de tierra de
toda su historia en un intento por repoblar el campo uruguayo al mismo tiempo
que se fomentaba la creación de fábricas de propiedad cooperativa en la ciudad,
se ampliaron los derechos de los trabajadores y el salario mínimo nacional
creció hasta los $9.000, a pesar de esto, el crecimiento de los comodites y del
deterioro ambiental continuó. El gobierno de Mujica fue una profundización de
los cambios producidos, sin embargo a partir de 2015 con el nuevo mandato de
Tabaré Vasquez los cambios sociales impulsados por Mujjica se estancan y hay
una disminución del crecimiento económico.